El más alto nivel de perforadores en Vaca Muerta

En octubre hubo 49 torres perforando nuevos pozos en el país, impulsadas por el shale donde se concentraron 35 rigs. La alta demanda está poniendo contra las cuerdas la disponibilidad.

En el medio de la Autovía Norte de Neuquén, el predio de la compañía H&P es desde hace años una clara síntesis del nivel de actividad que tiene Vaca Muerta. Y así como en el inicio de la pandemia llegó a albergar 7 enormes torres de perforación en su interior, desde hace algunos días solo muestra dos rigs inactivos, marcando el mayor nivel de trabajo desde el 2019. Traducido en algo más concreto como son los registros de actividad que tiene el ministerio de Energía de Neuquén, en septiembre se llegó por primera vez a los 35 rigs activos en la provincia, potenciados por el desarrollo de Vaca Muerta.

Y este nivel de demanda impulsó también los guarismos nacionales que en octubre llegaron a los 49 rigs activos entre las diversas cuencas del país. Este nivel, tanto en Vaca Muerta como en el total del país, no se registraba desde agosto de 2019, un fecha que marcó a fuego al sector ya que se trató del mes en el que el gobierno de Mauricio Macri impuso el congelamiento del barril y los combustibles. Por medio de un decreto, el gobierno nacional no solo congeló el precio al cual las empresas productoras podían vender sus barriles, sino que además los pesificó, asestándole así al sector un duro golpe.

La reacción de la industria fue inmediata: en todas las cuencas el país hubo equipos que se paralizaron y comenzaron a poblar los predios de las empresas de servicios especiales. Tras este golpe vino al año siguiente la pandemia y la extrema cuarentena que llevó la parálisis del sector al extremo. Desde entonces transcurrieron más de tres años y recién ahora la cantidad de equipos activos llegó a los 49 rigs en el país, aún un escalón por debajo de los 59 que hubo en agosto de 2019. Otro cuello de botella Pero ahora el nivel de demanda de estos equipos está aún más concentrado en las áreas de Vaca Muerta, y de a poco, se está convirtiendo en un nuevo cuello de botella que estrangula el crecimiento de la producción.

Al igual que pasó con la producción de gas y de petróleo, cuyo crecimiento pasó de ser una buena noticia a un problema porque se saturaron los oleoductos y gasoductos para transportarlos, con los equipos de perforación, y aún más con los sets de fractura, se está llegando al mismo punto de saturación. Y así como hacer líneas de transporte lleva su tiempo, la importación de nuevos equipos se topa con múltiples problemas, desde las demoras en el arribo a pesar del nuevo Canal Verde Vaca Muerta, a la imposibilidad de acceder al dólar oficial y tener que comprar los equipos a valores del CCL (contado con liquidación), encareciendo notablemente el costo que tendrán dichos servicios.

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Fuente: Diario Río Negro