Mitos y verdades de los autos eléctricos en Argentina


La electrificación del transporte avanza, pero no sin desafíos. Costos, infraestructura, matriz energética y hábitos de consumo obligan a repensar el modelo ideal para cada país. Durante los últimos años, se presentó como la solución definitiva para la transición energética, y las principales automotrices anunciaron planes para abandonar motores de combustión y migrar a tecnologías limpias. Sin embargo, surgieron desafíos técnicos, económicos y estructurales que hicieron replantear los plazos y aceptar que la movilidad del futuro será más diversa y compleja de lo previsto.

Mitos y verdades de los autos eléctricos en Argentina

“Vamos hacia un ecosistema donde distintas soluciones convivirán según cada mercado, los recursos disponibles y la infraestructura existente”, explicó Santos Doncel Jones, especialista de la industria automotriz y cofundador de Movilizar Latam, evento que reúne a los principales actores del sector en América Latina.

Aunque la apertura de importaciones impulsada por el gobierno comenzó a permitir un leve aumento de vehículos eléctricos que no forman parte de Adefa, el crecimiento sigue siendo marginal. En Argentina, los autos puramente eléctricos representan menos del 0,1% de los patentamientos, mientras que los híbridos alcanzan un 3% del mercado. “El auto eléctrico sigue siendo caro, y si no se reglamentan subsidios o baja de impuestos más agresiva, su crecimiento será limitado. Por ahora, los híbridos tienen más sentido para un país con grandes distancias y poca infraestructura de carga”, sostuvo Doncel Jones.

Mito 1: “Los eléctricos no contaminan”
Si bien no emiten gases donde circulan, su producción y la extracción de minerales para baterías generan impactos ambientales. Además, la energía consumida no siempre es renovable. En Argentina, menos del 2,3% de la energía es renovable. “Si todo el parque se electrificara sin antes resolver la matriz energética, se trasladaría el problema”, advirtió el especialista. Se necesitan grandes cantidades de energía para cubrir la demanda de autos eléctricos.

Mito 2: “Las baterías duran toda la vida”
Tienen una vida útil promedio de 5 a 7 años y reemplazarlas cuesta entre 40% y 50% del valor del auto 0 km. Factores como velocidad, temperatura y uso del aire acondicionado afectan su rendimiento. La autonomía promedio de 400 a 700 km puede reducirse en la práctica. La infraestructura de carga es limitada, con menos de 300 estaciones, concentradas en CABA y alrededores, lo que restringe el uso mayormente a distancias cortas o urbanas.

Mito 3: “No tienen mantenimiento”
Aunque requieren menos mantenimiento mecánico, presentan desafíos: repuestos difíciles de conseguir, pocos talleres especializados y riesgos en caso de accidentes por baterías.

La experiencia regional confirma que la movilidad será mixta. Uruguay avanza con eléctricos debido a distancias cortas, Brasil potencia biocombustibles y en Argentina el gas natural y biogás son opciones más viables en el corto plazo. Según Olade, Brasil lidera en cantidad total de eléctricos con 152.493 unidades; México 36.887; Costa Rica 17.903; Colombia 14.407; Chile 6.184; y Uruguay 5.950. Argentina registra 1.715 unidades, a pesar de formar parte del “triángulo del litio” junto a Bolivia y Chile.

La matriz energética local está compuesta en 53% por gas natural y 31% por petróleo. Esto hace repensar la movilidad argentina: el gas puede ser un combustible menos contaminante, pero no es la solución definitiva. La tecnología deberá adaptarse a las necesidades y capacidades de cada país, concluyó Doncel Jones, quien resaltó que estos temas serán discutidos en Movilizar Latam.

Fuente: Agencia Vox

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