Citroën y el Motor Flotante que marcó su historia


André Citroën dedicó siempre un esfuerzo especial a la búsqueda de soluciones tecnológicas que ofrecieran una experiencia de movilidad moderna y confortable a bordo de sus vehículos. Entre sus numerosas aportaciones, supo también sacar partido publicitario de cada innovación, siguiendo su convicción: “en el mecanismo del progreso, la innovación no es tan importante como su difusión”.

Citroën y el Motor Flotante que marcó su historia

El “Motor Flotante” es un ejemplo perfecto de esta filosofía. Presentado en Europa en 1932, se convirtió además en un logotipo que aparecía en el frontal de los modelos equipados con esta tecnología.

Cuando André Gustave Citroën inició la producción de su primer vehículo, el Type-A 10 HP, en 1919, la mayoría de los automóviles se construían como antes de la Primera Guerra Mundial: un chasis de acero sostenía el motor y una carrocería separada de madera o metal. Esto provocaba que cualquier vibración del motor o irregularidad del terreno se transmitiera al habitáculo, afectando la estabilidad de la conducción.

Para minimizar este efecto, muchos vehículos adoptaron el método “Weymann”, que consistía en paneles flexibles —como techos de cuero o vinilo— para evitar la resonancia del interior. Citroën mantuvo esta solución hasta que introdujo, por primera vez en Europa, la patente estadounidense del “Motor Flotante”.

La tecnología del “Floating Power” fue desarrollada por el ingeniero Lee, basada en estudios de vibraciones realizados por dos técnicos franceses, D’Aubarède y Lamaire, para una marca estadounidense. Instalado en un motor de 4 cilindros en el Salón de Nueva York de julio de 1931, tuvo tanto éxito que cuadruplicó las ventas del modelo y pronto se incorporó a toda la gama.

A partir de abril de 1932, los motores de los Citroën contaban con soportes elásticos de caucho que “suspendían” el propulsor, permitiéndole oscilar ligeramente alrededor de su eje longitudinal. Esto mantenía el motor equilibrado, absorbía la mayoría de las vibraciones y movimientos, y lograba un nivel de estabilidad y silencio en el habitáculo hasta entonces inédito.

Para resaltar esta diferencia frente a otros vehículos, Citroën lanzó una campaña publicitaria con informes claros y documentación técnica distribuida a la red de ventas. Además, se añadió un emblema simbólico que identificara la marca con el motor flotante.

Citroën y el Motor Flotante que marcó su historia

El logo surgió de una inspiración inesperada: Catherine, hija del director artístico de Citroën, Pierre Louys. Nacido en 1893 en Bourgogne-Franche-Comté, Louys había estudiado en la Academia de Bellas Artes de París y, desde 1920, trabajaba en el área de publicidad de Citroën, diseñando portadas del “Bulletin Citroën”, folletos y catálogos de la marca.

En 1931, mientras paseaba con su hija por el Bois de Boulogne, Catherine señaló los cisnes deslizándose sobre el agua. La estela en forma de “V” que dejaban atrás inspiró a Louys a representar el motor flotante mediante un cisne nadando elegantemente entre los “chevrones”, símbolo del Double Chevron.

El logo fue rápidamente adoptado y se convirtió en un elemento central de la comunicación de Citroën, apareciendo en todos los materiales publicitarios, carteles en carreteras y, hasta 1935, en modelos como los C6 y C4 de 8, 10 y 15 caballos equipados con esta tecnología.

Autor: Taller Actual
Fuente: Citroën

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