Esta nota es presentada por LITTON
Litton y la importancia del sistema de frenos del vehículo
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El sistema de frenos de un vehículo no es solo un conjunto de piezas que trabajan en conjunto para detener el vehículo, sino un sistema integral en el cual cada componente tiene una función específica que contribuye a su efectividad y seguridad. Mientras que los componentes principales como las pastillas de freno, los discos o las campanas reciben mucha atención debido a su papel directo en el proceso de frenado, existen otros elementos auxiliares que, aunque a menudo pasan desapercibidos, son fundamentales para el desempeño óptimo del sistema.
Las mangueras de freno y el líquido de freno son dos de los componentes auxiliares más importantes dentro de este sistema hidráulico. Aunque suelen pasar desapercibidos, su desempeño impacta directamente en la seguridad y efectividad del sistema. El rendimiento del sistema de frenos depende de la capacidad de estos componentes para resistir las presiones y temperaturas extremas generadas durante el proceso de frenado.
LÍNEAS Y MANGUERAS DE FRENO
Son los conductos por donde circula el líquido de frenos. Las tuberías rígidas se encuentran principalmente cerca del cilindro maestro, mientras que las mangueras flexibles están en las partes móviles, como las ruedas.
Las mangueras de freno están fabricadas con materiales compuestos de goma reforzada y capas de trenzado metálico o fibras sintéticas para resistir la presión hidráulica generada durante el frenado. Estas mangueras deben cumplir con estrictas normativas internacionales que regulan la resistencia a la presión, la flexibilidad y la durabilidad.
Sus características técnicas clave son:
Presión de trabajo: soportan presiones de hasta 1,000 psi en condiciones normales y más de 3,000 psi en pruebas de ruptura.
Resistencia a la temperatura: están diseñadas para funcionar entre -40°C y +120°C, dependiendo del material.
Compatibilidad química: deben ser impermeables al líquido de freno y resistentes a la degradación química causada por su contacto continuo.
Los riesgos técnicos a los que se pueden ver sometidas son:
Aplastamiento interno: puede reducir el flujo del líquido de freno, causando un frenado inconsistente.
Expansión bajo presión: si la manguera pierde rigidez, se generará un pedal de freno esponjoso.
LÍQUIDO DE FRENO
El líquido de frenos es una solución química compuesta por glicoles, éteres, solventes, aditivos y colorantes que cumplen entre otras, funciones anticorrosivas, antioxidantes, lubricantes y estabilizadores del pH.
Sus principales características son:
Punto de ebullición: lo suficientemente elevado para evitar la generación de burbujas en el sistema hidráulico.
Clasificaciones:
DOT 3 230°C
DOT 4 250°C (sugerido para vehículos equipados con frenos a discos sin ABS)
DOT 5 270°C (sugerido para vehículos de alta performance y los equipados con ABS)
Viscosidad (a 100°C): a la temperatura indicada no debe alterar su viscosidad. Valores debajo de lo especificado son tan fluidos que pueden generar fugas durante la presurización.
Viscosidad (a -40°C): a la temperatura indicada no debe alterar su viscosidad. Un mayor grado de viscosidad, aumenta el tiempo de respuesta del sistema de freno, ocasionando mayor distancia de frenado.
Tolerancia al agua (higroscópica): el líquido de freno es higroscópico(*) para evitar que la humedad perjudique los componentes metálicos del circuito y haga descender el punto de ebullición (*capacidad de absorber o ceder humedad).
Actuación y efecto sobre las piezas de goma: el líquido de freno no debe atacar las cubetas y piezas de goma. Si las contrae en forma excesiva, genera pérdidas. Si las dilata en exceso, perjudica el funcionamiento de los componentes.
Actualmente, la mayoría de los líquidos de frenos cumplen con todos los requisitos que se les exige. Sin embargo, debido a la composición de sus elementos, el líquido de frenos por su propiedad higroscópica tiene debe ser sustituido cada 2 años o 50.000 Km. En ambientes húmedos, bien puede ser necesario cambiar el líquido antes de los períodos arriba mencionados.
El líquido de freno es un elemento que tiende a ser olvidado por los usuarios de automóviles. Muy pocos conductores dan a este elemento la importancia que merece. Tener presente que es un producto que también se degrada con el uso y el paso del tiempo.
Un mantenimiento técnico adecuado de estos componentes auxiliares no solo prolonga la vida útil del sistema de freno, sino que también mejora la respuesta del vehículo, aumentando la confianza y seguridad en la conducción.